Sumergirse en las fiestas de Santa Tecla de Tarragona implica inevitablemente impregnarse de unos aromas que conectan la actualidad con la historia, con el legado patrimonial. Precisamente es este camino trazado a lo largo de los siglos lo que define la personalidad de las Fiestas tarraconenses. La Santa Tecla de hoy es el rock, el jazz, el teatro, el music-hall, la verbena, el deporte… pero su esencia es o, mejor dicho, continúa siendo, el conjunto de bailes, bestiario, entremeses, representaciones alegóricas, bailes hablados y castells, que conforman el Seguici Popular como corpus genuino y propio de la celebración.
ORÍGENES DE LA FIESTA
Si bien en Tarragona el culto a Santa Tecla ya era practicado desde muy antiguo, no fue hasta el periodo de la Reconquista cuando las Fiestas perfilan la estructura embrionaria que se perpetuará y que toma la calle como espacio esencial para su realización.
El 1091 el papa Urbano II restablece, al menos jurídicamente, la sede metropolitana de Tarragona y declara la festividad de Santa Tecla como precepto y celebración principal del año. No obstante, únicamente nos encontramos ante una fase previa de la restauración efectiva, que tendrá lugar unos años más tarde, en 1118, cuando el conde de Barcelona Ramon Berenguer III, el Gran, hace ofrenda de la ciudad al obispo Oleguer de Barcelona. Será a partir de ese momento que se puede hablar de una repoblación real de Tarragona. La bula pontifical de Gelasio II ratifica la fiesta de Santa Tecla como fiesta principal del año y, evidentemente, jornada de precepto.
Pueden descargar el programa de actos en castellano aquí o bien descargar la programación entera en catalán aquí
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